Un original deficiente

Parecía que todos quisieran que me transforme en la Mujer Maravilla

2.12.09

Con esas palabras di por terminada la conversación, estaba agotada asique apagué la computadora y me tiré en la cama. Ahogarme con la almohada parecía la mejor opción… mañana me esperaba un horrendo día de colegio. En mi curso está Fede y por “suerte” Lautaro está en el otro; podría decirse que tengo suerte si no estuviésemos los tres en el mismo colegio… ¿Pueden explicarme con la enorme cantidad de personas que hay, porque tuve que conocerlos?

Sí, bueno, tal vez me esté yendo a los extremos, pero sé que me voy a sentir tan incómoda cuando los vea. Después de toda la humillación de anoche, todas las cosas que faltan explicar, todas las cosas que ni yo entiendo, no sé que careta puedo llevar… Siento que no puedo demostrarle nada a Lautaro, la confianza que me sostenía se la llevó y siento que no hay nada para hacer más que “pensar”. Y cuando estuve con él no me interesaba pensar, solo quería ESO… poder estar juntos; yo sentía que era uno de los pocos que sabía hacerme sentir bien, y ahora de nuevo me encuentro en una situación de mierda. Ahora es cuando estoy confundida y enojada; y esa mezcla no es buena para llevar a cabo una decisión que le pudiera contar…

A eso de las 12 y pico me despierta mi viejo. Creí que me iba a levantar con las más grandes puteadas, pero me dijo lo peor “Mora levantate y andate al colegio”. Ése tono que usó, ¡DIOS! No pudo haber sido peor. Puso su voz grave y dijo todo lento y corto. Sabía que iba a recibir el castigo del año, y miles de puteadas me esperaban cuando volviera del colegio. La “suerte” me asechó de nuevo, y supe que esta mañana no era su momento. Como no quería más quilombo, salté de la cama y fui a bañarme.
En el desayuno estuvo igual de frió. Cuando llegué se tomó el café de un sorbo, y acomodándose la corbata le dio un beso a Dante en la cabeza. Como envidié esa imagen, y él con ésa cabecita ausente que tiene, tan distraído como es… siguió con sus cereales y yo me quedé mirando la espuma en mi taza… encogiendo los hombros y mirándola fija hasta que se fuera. Sin un segundo más, dio un portazo.

A los 20 minutos estábamos listos para ir al colegio. Dejé a mi hermano en la puerta de su primaria y caminé las ocho cuadras que faltaban para mi colegio. Ya estaba casi en la puerta cuando vi a Florencia, la supuesta salvadora de la noche. Fue quien en un acto divino intentó frenar mi huida de esa casa. A pesar de su intento, ningún superpoder lograría borrarme de la cabeza lo que había visto. Y huir de Lautaro parecía la única salida…

Me saludó y entramos al colegio. En la formación estaban por supuesto Lautaro y Federico, y esa cara nueva tan odiosa. ¿Como nunca me di cuenta? Ella estaba ahí también, ella siempre había estado ahí. Sigilosa la chiquita eh, ¡Recién ahora descubro que vive y respira en el mismo colegio que yo!
La primera hora fue la más larga de toda mi vida, podía jurar que el reloj no se movía o en su defecto, iba hacia atrás. Y así iba mi cabeza también. Después del segundo mapa que el profe sacaba decidí adentrarme en mi misma. Era ahora en enfrentarme, el sueño no me había permitido pensar claro las cosas, y ya no podía escapar.

Miré rápido hacia atrás y ahí estaba Fede, sentado, abrazando la mochila arriba del banco, perdido… mirando un punto fijo en el pizarrón. Lo mismo pasó con 3 materias.
El segundo recreo llegó, y bajando las escaleras lo vi a Lautaro hablando con la pendeja de la otra noche. ¡¿Cómo es posible que tenga el tupé de hablarle, sabiendo TODO?! No tienen cara, ninguno de los dos. Me quedé en el medio de las escaleras y vi la secuencia de su brazo rozando el de él, y su mano en el hombro de ella… Y cada tanto subía la mirada y se quedaban contemplándose.

¡Aj! ¡Por favor! ¿Acaso soy parte del mármol? Ya está. No puedo seguir dejando que se internen en su momento kodak de amor, yo debería ser ella… de hecho, yo fui ella, y ahora lo único que quería era putearlos a los dos.

Por un momento cerré los ojos, e imaginé la escena donde yo los puteaba. Era la reencarnación de la Mujer Maravilla… era poderosa. Me imaginaba con rayos láser saliendo de mis ojos, quemándola poco a poco a esa pendejita mal formada. También pensé en el final, donde yo salía volando con el colgando de mis hombros, sorprendido por todo el talento oculto y admirando cada extremo de mi súper-cuerpo…

Pero enfrentémoslo: Yo no soy la Mujer Maravilla y el no es el Ogro. Pero mágicamente, apareció mi Príncipe Azul a salvarme… esta vez de carne y hueso.

- Esta onda que tenés vos de presenciar situaciones que te hacen mierda… sos medio rara, deja de hacer estas cosas
- Fede… ¡Hola! – Esto me está empezando a dar miedo. Aparece justamente en los momentos donde lo necesito… eso es lo raro, yo no soy la rara
- Si, hola, existo
- ¿Alguien dijo lo contrario?
- Avisale a tus actitudes en las tres clases anteriores… si tu estrategia es fingir que no me miras, no lo estás logrando
- Ni en eso soy buena, no soy buena en nada… no me sale nada bien. Y ahora este forro mal formado está con esa pendeja, que es de segundo, ¡De segundo! Increíble
- No mescles la relación que tenés con Lautaro y la nuestra
- Esta bien papa – Imposible no mesclaras… es como si estuvieran conectados. Son las dos caras de la moneda, el shing y el shang. ¡Como si fuera fácil elegir! Mejor dicho… ¿Puedo elegir? ¿Estoy en condiciones de elegir, o son ellos los que me tienen que elegir a mí? Demasiadas preguntas para esta hora – Pero es que no aguanto que esté ahí, con esta mujer, después de la conversación que tuvimos ayer a la noche
- ¿Hablaron?
- Sí, hablamos cuando llegué. Mejor dicho, por MSN. Me pidió perdón, me explicó la situación y eso… y me dijo si podíamos volver a lo de antes. Y yo le dije que no, que quería esperar un tiempo
- Entonces vos que esperas, ¿Qué te hable?
- No sé que espero realmente…
- Para mi la solución sería ir a hablarle ahora, aclararle las cosas, y si sentís algo… empezá devuelta, aunque me duela decirte esto
- No, quiero que se arrepienta, muchas veces – Ignoré totalmente su comentario del dolor, ya bastante tenía con mi ola de sentimientos, como para tener que hacerme cargo de la de alguien más
- Entonces no esperes que te venga a hablar… no esperes que las cosas te caigan del techo. Si querés algo, salí a buscarlo, porque mañana podría ser tarde. ¿Estás dispuesta a correr ese riesgo?
- Sí - ¡Mentira! No quería correr ningún riesgo. Pero la cuestión es que nadie entiende, que acá la víctima soy yo, ¡La cornuda soy yo carajo! – Además, se nota que el quiere estar con ella
- No, no es así la cosa. Siempre que una pareja se pelea, hay dos o más personas esperando, deseando con todo su corazón, que no se arreglen… desde lo más profundo lo deseo Mora. Deseo que vos no te arregles con él, y que las cosas sean diferentes. Pero ya te dije, mañana puede ser muy tarde. Así que decidite, por favor

Parecía verdad… parecía que todos quisieran que me transforme en la Mujer Maravilla. Que haga de la vida de todos un cuento de hadas, ¡Cuando primero tengo que hacer eso de la mía! Porque a mi todavía no me salen alas, y ahora no me puedo ir volando de esta situación. Porque no existe en mi muñeca un reloj que vuelva el tiempo atrás. Porque me encantaría poder mezclar a Fede y a Lautaro en uno solo… pero no puedo. Y cada vez me enamoro más de los dos, y cada vez me distancio más de lo dos.

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